Quería dedicar una entrada al espantoso día que celebra hoy España: El Toro de la Vega, en Tordesillas. 

Es increíble que cosas así se permitan pero lo que más me cuesta creer es que exista gente tan sádica y macabra que se le pongan los dientes largos con el sufrimiento de tal animal. Me gustaría verlos luchar cuerpo a cuerpo, sin lanzas, sin armas, a ver si ahí tienen el mismo valor. No consigo comprender quién es feliz jugando con la angustia de un pobre animal que no entiende, no sabe a que se enfrenta y no posee esa maldad de atacar a menos que su vida esté puesta en peligro. 

Obviamente, no hay que olvidar que España no es el único país del mundo que tiene fiestas nacionales donde se masacran a miles de animales. Donde les hacen sufrir para ganarse una sonrisa en el rostro, de orgullo, de satisfacción.

De verdad ¿pueblos como estos educan así a sus hijos? Les enseñan que tirar piedras, pisotear a un animal es algo "genial". Sigo viéndolo incomprensible. No solo tenemos que aguantar que la cultura de este país nombre héroes a tipos vestidos con atuendos ajustados que clavan lanzas y cortan orejas a animales, sino que tenemos que ver cómo una población de incultos se comportan como bestias. Bestias aisladas sin ninguna ética. Y lo más vergonzoso es que activistas y ciudadanos de toda España han sido tratados igual que el pobre toro. Apaleados, aún infiltrados, lanzados al suelo, pataleados, les han roto el material, los han insultado y los han mandado al hospital ¿Ante que clase de seres estamos negociando? Esto, señores, son temas de interés nacional, no el football, si ha ganado el Madrid o el Barça. Y no entiendo como un gobierno que tiene los ojos puestos en este tema se hace el ciego ante todas las personas que han sufrido graves heridas y fracturas ante un pueblo de bárbaros. Aunque estoy segura de que hay partidos luchando por acabar con estas injusticias hacia el reino animal.

De verdad, agradecer a todo aquel que se ha levantado del sofá, se ha manifestado, ha ido a intentar parar esta masacre y han sacrificado su tiempo y dedicación. Eso es un orgullo. Lo dice la que escribe esto desde el sofá de su casa y se siente avergonzada. Estas personas son los héroes, no los que matan en 20 minutos a un toro a base de palos, lanzas, piedras y pisotones. Gracias a PACMA, al grupo Verdes Corazones, otras asociaciones y ciudadanos por arriesgarse, luchar y difundir las imágenes.

Treinta segundos de vídeo donde se puede corroborar que los animales sufren, no entienden y les duele hasta el punto que también aprenden a llorar:

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