Sinceramente no sé si tengo muchos seguidores. Y a quien se moleste en leerme de vez en cuando, en compartir, en dar like, quería compartir algo. Sé que muchas de las personas que me siguen no me conocen en absoluto, quizás algunos tengan una idea equivocada, algunos me conocerán, todo depende de las circunstancias, el espacio-tiempo y la perspectiva.

No soy una persona que se abre mucho, no suelo compartir mis sentimientos, a veces me cuesta tener muestras de cariño. No con esto quiero decir que soy un muro de hormigón. Simplemente tengo una manera difícil de expresarme, menos a la hora de escribirlo, sea a máquina o papel. Aunque al fin y al cabo, todos somos personas y cometemos errores.

A lo largo de estas dos semanas muchas personas se han preocupado por mí y lo agradezco. Mentiría diciendo que estoy bien, pero tampoco tengo la intención de que sintáis compasión hacia mí. Lo único que quería, al igual que os agradezco siempre que comentáis, os pasáis y me leéis, disculparme y aclarar que no me he rendido con este proyecto. Ni con el blog, al cual le estoy cogiendo mucho cariño y me saca una sonrisa ver la cantidad de gente que me lee, ni con mi canal de YouTube, dónde estoy empezando.

Mi intención no es excusarme. Pero estoy segura de que muchos de vosotros, que leéis estas líneas, os sentiréis identificados en algún momento de vuestra vida. 

Hace dos semanas que mi día a día ha dado un giro de 360º. Dónde había ilusión empezó a haber preocupación que poco a poco se ha ido acumulando, hasta convertirse en miedo. Normalmente me caracterizan como una persona fuerte pero creo que todos estaréis de acuerdo en que nadie es fuerte, no siempre. Y en mi caso, no lo soy. Mi problema es que no suelo exteriorizar mis sentimientos y cuando lo hago, no sé manejarlos. Estoy segura de que eso es lo que ha pasado.

Me siento poco motivada, no veo metas. Dice el dicho que mientras tengas trabajo, salud, familia, amor y amigos, todo está bien, y no hay de que quejarse. No me considero una persona desgraciada, al contrario, creo que hasta ahora mi vida esta plena en estos aspectos. Pero los muros de carga se tambalean.

Que pasa cuándo tus estudios, los cuales deseabas empezar, reencontrarte con aquellos a los que has cogido cariño estos años, querías aprender y crecer ahora mismo parecen una pesadilla. Son muchos cambios y seguramente esté haciendo un mundo de ello pero no tengo ganas de acudir al mismo aula por las tardes y sentir que no conozco a nadie. No por ello rechazo a aquellos que me van a acompañar este año, simplemente, es diferente, y hay que adaptarse al cambio. Pero veo que el ambiente a mi alrededor no es el mismo, muchos tienen la misma sensación y se sienten mal.

Durante estos dos años he encontrado esa empatía que llevaba buscando hacia el ser humano. Me siento orgullosa de ello. Porque soy capaz de mantener la calma en situaciones ajenas y transmitir tranquilidad. Y me siento plena de esta manera. Pero hace poco me ha pasado una cosa que no me había pasado desde hace diez meses, exactamente. Si, llevo la cuenta. Porque para mí fue una situación tan traumática que prometí no volver a vivirla. Y porque a excepción de ese momento (y el de ahora) jamás lo había sufrido.

Tuve un ataque de pánico, de esos que te cuesta respirar, jadeas pero no llega el suficiente aire a tus pulmones y te crea una sensación de angustia. Intentas mantener la calma pero es imposible porque se te saltan las lágrimas. Hace diez meses estuve sola en ese momento y muy lejos de mi hogar. Muy lejos. Además coincidió con el cumpleaños de mi mejor amigo y no se me ocurrió otra manera que fastidiárselo con un ataque de pánico vía Skype. Para que veáis, que buena amiga soy. 

Esta vez fue en público y fue sorprendente, hubo gente que se acercó a mi, a pesar de tener que rechazar amablemente su gesto. Simplemente, últimamente no me siento yo, intento reconstruir poco a poco mi personalidad pero a veces es difícil. Y cuando menos te lo esperas la vida te regala un golpe más fuerte. Para aquellos que han visto "Del Revés" (inside out) podría decir que me parezco a "Alegría", sonriendo, tirando de tristeza, viendo hasta lo bueno en ella. Ahora mismo quisiera ser tristeza y que alguien me arrastrara por el suelo, sin necesidad de entenderme. Curioso, tenía una amiga que afirmaba que no hay que entenderme, hay que quererme. Por muy difícil que sea.

No quiero extenderme mucho, solo quería escribir lo suficiente para sentirme un poco mejor ya que escribir me ayuda bastante. Altamente recomendado para aquellos que no lo hayan probado. Y no sé cuántos de vosotros estaréis pasando una situación similar, o la habéis pasado o si estáis preparados para ello. Solo espero que podáis afrontarlo con fuerza, que no os desmotiveis nunca y buscar un muro de carga. Porque es entonces cuando vuestro mundo puede caerse.

Seguiré publicando posts y vídeos, no querría defraudar a los pocos seguidores que tengo y que hacen esto algo especial. Espero que empecéis con buen pie la semana ¡y mucho ánimo!

Buenas noches Xx