SWEDEN 2017

6:22

Quería compartir con vosotros esta experiencia. Quizás porque creo que la felicidad hay que compartirla y más cuando viene cargada de tantos sentimientos. Volé a Suecia con el riesgo de enamorarme de un País al que no sabía si podría volver.





Y me enamoré, de las calles, las personas y su cultura. De los colores de la naturaleza, el reflejo en los lagos y todos los seres vivos que nos estaban rodeando. Puede pareceros una exageración, pero de verdad que me sentí en casa.



Si tuviese algo que decir sobre Suecia sería lo mucho que aprecian los pequeños detalles. Cosa que me encanta porque creo que la belleza está en las pequeñas cosas. En Suecia se agradecen las cosas hechas a mano, las cosas en las que inviertes tiempo. Agradecen la calidez de una vela y la compañía de los demás. Les encantan las plantas, los animales y cuidar de ellos. 


Tres cosas que me encantaron a nivel personal fueron la comida, donde había una gran variedad de alimentos para vegetarianos, veganos y celiacos, hasta en los locales de comida rápida. Tuve la oportunidad de ir a un vegetariano donde mimaban todos los detalles, la comida, la cubertería, la vajilla, y con unas vistas maravillosas al mar. Aunque lo mejor de todo sin duda fue el pan, no lo voy a negar. 


La segunda cosa que me encantó es que los Suecos son como Girasoles: si hace sol, seguirán al sol. Da igual la hora, el sitio, mientras haya sol. Y aunque es gracioso, es algo que merece la pena valorar ya que el sol es vida y si tienes poco, es felicidad.



Aunque la cosa que más me gustó, por encima de todo era el Fika. Y diréis, ¿Qué es el Fika? Un momento mágico. Fika una tradición social en Suecia, significa tomar una "pausa para el café" en el trabajo o en cualquier otro momento, y beber un café con los colegas, amigos, o familia. 



Se considera que esta pausa para el café como uno de los secretos de la productividad de Suecia, de hecho muchas empresas suecas tienen descansos obligatorios para hacer fika, en los que ofrecen bebidas calientes a sus empleados. Que no se trata de tomarse un café rápido, sino de programar pausas de café a lo largo del día, para disfrutar del momento y la compañía de los que te rodean.


Suecia se ha ganado un pedacito de mi corazón, al igual que Inglaterra lo hizo en su momento. La verdad es que no recuerdo haber llorado tanto después de un viaje. Pero lo bonito del mundo en el que vivimos hoy es que no existen los límites si te lo propones. Y yo me propongo luchar, viajar y volver a los lugares en los que fui feliz. Junto a las personas que me apoyan y me quieren como soy.


Por eso ahora siempre que me tome un café lo haré con calma, pensando en mí, dejando a un lado el teléfono y tener un momento para respirar. Cada vez que encienda una vela pensaré en los maravillosos bosques que vi, en los olores, las vistas y la felicidad que viví.



Y aunque no te lo creas, Suecia, por un momento me vi abrigada hasta las entrañas con el frío de tus inviernos. Me imaginé un rayo de sol y poder salir a leer mi libro favorito en el silencio de tus bosques, junto al mar que vi. Sentí el calor de las tazas de café y la sonrisa de una buena compañía. Saboreé las cenas con la cálida luz de las velas. Y sonreí. 


Créeme Suecia, te pensé en vivir.

Nunca se sabe las vueltas que da la vida.

Nos volveremos a ver




Gracias

xXx



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