2016

9:59

Ha sido un largo parón, pero creo que nunca debería faltar esta entrada cada año. Por mí, por vosotros. Por mí porque se trata de una reflexión que ayuda a que mis heridas sanen mejor. Por vosotros porque es la manera que puedo daros las gracias por todo lo que hemos conseguido juntos.

Creo que muchos coincidiremos en que no ha sido un gran año. Personalmente para mí no lo ha sido. Pero hay que buscar siempre el lado bueno de las cosas. Si tuviese que describir este año con una sola palabra, no dudaría de ella: despedidas.

El 2016 empezó con la muerte de mi abuelo, la primera gran despedida. Y sin duda, la más dura. Después tuve que decirle adiós a la persona con la que pensé que nunca me separaría. A veces me paso de ingenua, lo sé. Y a mi cachorra, la cual decidí tatuarme en la piel.



También llegaron los reencuentros que no fueron más que efímeros. Cómo cuando te encuentras a alguien por la calle, le preguntas que tal y te vas rápido corriendo.Tal cual. Llegue a apostarlo todo por estas personas, absolutamente todo. Y en un abrir y cerrar de ojos simplemente no estaban, con excusas vagas cómo "es que amaneció". Lo único que dejaron fue esa estúpida canción que sonaba en repeat durante largas temporadas.

Pero hay que abrazar las oportunidades que nos brinda la vida y buscar su lado más positivo. Brighton fue un soplo de aire fresco para mí. Después de dos años de espera cumplí el sueño de conocer la enfermería en en sitio que juré que sería mi destino. Viví, lloré, me emocioné, soñé y disfruté. La soledad nunca había sido tan bonita cómo el atardecer que contemplaba ahí. Soñé con el Big Beng y recordé los amores que dejé en Camden Town. Había pasado un año pero Londres seguía igual, y yo más enamorada.



2016 me volvió independiente y pesimista. Corté lazos y decidí no crear nuevos. Aunque todos sabemos que no es cierto. Conocí a personas maravillosas que por circunstancias de la vida se fueron lejos. Mientras yo seguí aquí.

Odié el otoño porque me recordó a la Magia de las personas que se fueron. Odié Noviembre porque me hizo recordar que no estaba en Inglaterra y que aún tenía que cumplir mi sueño. Ha sido un año triste, la verdad. Pero siempre hay luz al final del camino.

No he tenido tiempo. Por suerte he podido viajar. Acabé un año de carrera y me metí de lleno en el último. Y que miedo. Mi hermano se fue de casa, aunque ya era hora. Pero se le suma a las despedidas.

Si tuviese que decir algo positivo de este año es que nunca deberíamos cerrar puertas, porque cuando menos te lo esperes, puede aparecer algo que aunque tú no lo sepas, llevabas una vida esperando. Y vuelve todo patas arriba.



De repente no me sentí un desastre, ni fría, ni salvaje. No me sentí ese bicho raro que me recriminaron. De repente algo me recordó que era quien era y quién debía ser. Así, sin saber cómo dejé de ser pesimista, dejé de ver los días cómo rutina y empecé a compartir. Que coincidencia, justo cuando pensé qué este maldito año no podría acabar bien.

Gracias porqué algo positivo de este año ha sido los muchos que os habéis sumado a mi pequeño proyecto. Por vuestros comentarios, por el número de seguidores que ha aumentado considerablemente en siete meses. Y sobretodo por vuestros mensajes y continuo apoyo, por ser fans de mis Instastories y de las entradas que publico.




Siento esta entrada tan introspectiva, pero no es tan malo, sobretodo si recordando acabas con una sonrisa. 

Gracias a vosotros, a ti.

Feliz año a todos y que este 2017 empiece con una gran sonrisa.

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